-El evangelio de este domingo no es cualquier evangelio ni lectura normal o al uso. Es algo más. La festividad que hoy celebramos es la “SOLEMNIDAD DE JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO”, es decir, el último domingo del año litúrgico. El domingo próximo se inicia el año litúrgico con el comienzo del ADVIENTO.
-Es una tiempo especial, no sólo para los cristianos, sino para el mundo entero. Cuando se acerca la Navidad, se acerca el poder de la luz sobre las tinieblas, sobre el mal. Es el tiempo del año donde las personas más necesitan del BIEN. Y para prepararnos para todo esto que en el colegio lo vamos a hacer a conciencia con un almuerzo solidario para Senegal, las campañas de juguetes y alimentos para Cártias de Benimaclet, preparamos la puesta a punto para estar cerca de Jesús y reafirmar la necesidad que tiene el mundo del Dios de Jesús.
-Por ello, para prepararnos de forma adecuada, el evangelio de hoy nos recuerda quién es Jesús, qué hizo y qué padeció. Estamos junto al pie de la cruz, burlas, insultos, salivazos, muecas de indiferencia e inhumanidad que Jesús tuvo que contemplar clavado en la cruz. Y sí, ése es nuestro Rey, nuestro camino, nuestra verdad y vida.- Dice Francisco: “El Mesías de Dios, el elegido, se muestra sin poder y sin gloria: está en la cruz donde parece más un vencido que un vencedor. Su realeza es paradójica: su trono es la cruz, su corona es de espinas, no tiene cetro, pero le ponen una caña en la mano…no tiene anillos deslumbrantes en los dedos, pero sus manos están traspasadas por las clavos; no posee un tesoro, pero es vendido por treinta monedas”.
-Jesús padeció igual que lo hacemos nosotros. Es un Dios cercano, un Dios de vivos y sufrientes. Por eso una parte de la humanidad, los más pobres entre los pobres están con Él y se identifican con su cruz. Ojalá podamos acompañarle en estas próximas semanas y que sienta nuestro calor y el de la humanidad entera.
